No he visto aún la película pero sospecho que será muy emocionante para mí verla. Viví muy intensamente ese histórico año del plebiscito. Coincidió además con ser el año que conocí a mi actual esposa por lo que las emociones guardadas son aún mas intensas.
Fue una verdadera hazaña. Arrebatarle el poder a un dictador que controlaba los medios y que había instaurado un temor transversalmente en la sociedad usando ese pequeñísimo espacio que fue obligado a abrir parecía una tarea imposible. Yo mismo tenía grandes dudas de que fuese posible. Y se logró.
Hoy día todos aquellos que no solo votaron por prolongar la dictadura sino que incluso trabajaron en la campaña del SI mantienen posiciones de poder en el gobierno y en el congreso. Son ellos los guardianes del "modelo" legado por la dictadura. Son ellos los que cuidan con rigor los elementos claves de su blindaje como el sistema binominal y el FUT. Es tanto el celo con que lo cuidan que no aceptan ni siquiera cambios menores por temor a que se desmorone todo.
La lección que dejó la hazaña de 1988 es que se puede lograr lo imposible. Mas aún, esto puede lograrse simplemente haciendo una línea vertical con un lápiz. Cambiar lo que parece imposible de mover no es más difícil que derrotar a un dictador en un plebiscito organizado por el mismo. Se necesita encantar a la gente y convencerlos de que sí es posible. Se necesita dejar de centrar la atención sobre las injusticias de la situación actual y hacer que la gente mire hacia adelante con esperanza. Se necesita dejar los intereses personales o partidarios de lado. Se necesita dejar de dividir y aprender a sumar. Chile, la justicia ya viene.
